Rafael Sanzio - La Virgen con el Niño (Madonna Solly)
- Detalles
- Marta Olmos
- Rafael Sanzio obras de arte
1500-1504
53 cm × 38 cm, Óleo sobre tabla, Gemäldegalerie, Berlín, Alemania
Esta pintura, originariamente en la colección del banquero inglés Edward Solly, ingresó, junto con otros cuadros de la misma propiedad, en las colecciones imperiales del estado prusiano en 1821. La dos figuras de la Virgen y el Niño se ajustan a una iconografía más bien tradicional.
La Madre, atenta a la lectura, tiene en la mano derecha un texto sagrado, mientras que con la izquierda sostiene el pie del divino Niño, que juega con un pajarito y dirige a su vez la mirada hacia el pequeño volumen. En ésta, como en otras obras de pequeño formato, fechables entre 1500 y 1504 y destinadas a la devoción privada (como la Madonna Diotallevi, Berlín, Staatliche Museen, Gemáldegalerie, la Virgen con el Niño del Norton Simon Museum of Art de Pasadena y no menos la Madonna Conestabile, San Petersburgo, Ermitage, y la Virgen con el Niño y los santos Jerónimo y Francisco, Berlín, Staatliche Museen, Gemáldegalerie), la referencia a la producción peruginesca es innegable: se evidencia el recuerdo de las Vírgenes que habían convertido al Perugino en uno de los protagonistas indiscutidos de la pintura italiana entre el final del Quattrocento y los primeros años del siglo siguiente; sin embargo, ya en estas pruebas juveniles Rafael hace las figuras más sólidas y utiliza una gama cromática más cálida.
Desde estos primeros grupos se nota que hay una voluntad por parte del artista de hacer más natural la relación afectiva entre los protagonistas de sus obras, y en esto, ciertamente, el pintor no escatimó el estudio de lo real, por medio de una aplicación al dibujo que en él fue infatigable y con éxitos de gran relieve incluso en su primera edad. Si en la Madonna Solly el paisaje no parece haber asumido todavía el valor y la importancia que tenderá a adquirir con el tiempo, es de todos modos indudable que la atmósfera en la que el pintor inserta las dos figuras contribuye a la mutua y sutil manera de compartir los afectos.