1919
Oleo sobre lienzo,
112 x 102 cm
Düsseldorf, Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen

Miró - Desnudo con espejo

De nuevo un desnudo, esta vez con un espejo en la mano; de nuevo un título convencional para una obra que revela, sin embargo, la atención del artista a todo lo más nuevo del arte europeo. Más cercano que nunca a las instancias cubistas, hasta los colores se han atenuado y la geometrización de las formas invade incluso los demás elementos del cuadro. La alfombra sobre la que está el asiento contiene un motivo de rayas que agudiza la percepción de la profundidad del espacio pictórico en el que se mueve la mujer.

La minuciosa representación del asiento con el dibujo de la mariposa crea un nuevo contraste con la sintética geometrización de las formas del cuepo desnudo de la mujer.

Añade otro elemento discordante el rostro, que parece sereno y tranquilo, contrastando con el cuerpo endurecido por el dibujo geométrico, que elimina toda sensualidad. También la actitud resulta forzada; es como si el espejo se le fuera a escapar de la mano en uno u otro momento. La calma hierática del rostro de la mujer hace éste impenetrable, lo aleja, da una sensación de calma interior y al mismo tiempo crea una distancia con el espectador. Es una de las pocas obras en las que conviven, en extremo equilibrio, las instancias cubistas de impronta picassiana y las naturalistas de gusto narrativo derivadas, en el artista, de su origen catalán. Roto este punto de equilibrio, su arte sufrirá un cambio notablemente radical en el que el cubismo sólo sobrevivirá en algunas referencias espaciales de la composición, no en la estructura compositiva de los objetos, que por el contrario tomarán la vía de un naturalismo extremo y detallado.