Rembrandt - Historias de Diana
- Detalles
- Marta Olmos
- Rembrandt Harmenszoon van Rijn obras de arte
Año 1634
Óleo sobre lienzo, 73,5 x 93,5 cm Anholt, Museum Wasserburg Anholt. Firmado y fechado "REMBRANDT. FT. 1634"
Nada se sabe del origen de este cuadro, cuya primera noticia es su aparición en una subasta parisiense en 1774.
La composición es atípica con respecto a otros cuadros mitológicos de Rembrandt, de los cuales se diferencia por la cantidad de figuras, el tratamiento del paisaje y la elección de colores. Pero la originalidad de esta pintura es todavía más llamativa si se considera que constituye i un auténtico unicum iconográfico. Ante el fondo de un luminoso paisaje modulado en tonos verdes y turquesa se sitúa el baño de Diana y sus ninfas, que aparecen en primer plano.
La idílica escena es turbada por dos acontecimientos dramáticos que tienen lugar en la orilla, a los lados del cuadro. A la izquierda irrumpe el joven cazador Acteón, que ve la desnudez de la diosa: la casta Diana lo castiga transformándolo en ciervo y haciendo que sus propios perros lo despedacen. A la derecha, las ninfas descubren la gravidez de Calisto, amada por Júpiter; según el mito, Diana castiga a Calisto, que había faltado al voto de castidad, convirtiéndola en oso y azuzando contra ella a sus perros.
Ambos episodios, que se cuentan en dos libros distintos de las Metamorfosis de Ovidio, son unidos por Rembrant en una sola escena por primera vez. Para la ambientación y para algunos temas narrativos, el maestro se inspiró en grabados del Renacimiento italiano, en los cuales, con todo, ambos episodios eran tratados por separado. En el amplio paisaje, las figuras destacan por la luminosidad de las carnaciones y por la realista vivacidad de los gestos y actitudes, fruto de la original invención del maestro.
La unidad narrativa del conjunto está determinada por los movimientos y por las miradas de las figuras, que unen entre sí a los tres grupos de la composición. A la extrema izquierda, el detalle de los dos perros que pelean parece sugerir el trágico epílogo de los sucesos.