1924
Óleo sobre lienzo, 130 x 97,5 cm París, Musée National Picasso

Picasso - Paulo vestido de arlequín

El 14 de enero de 1921 nació, del matrimonio con Olga Kokhlova, Paulo, que fue protagonista de muchas obras de Picasso. El artista representó siempre a su hijo con una ternura y una delicadeza muy alejadas de las experimentaciones que lo ocupaban en aquellos años y que confinaban con las del grupo surrealista. El niño es retratado aquí en atavío de arlequín, al que Picasso era tan aficionado. La obra, aparentemente muy convencional en el dibujo preciso y minucioso, se ha dejado deliberadamente sin acabar, como el Arlequín de 1923. El fondo está ligeramente coloreado con un tono ocre fluido que no define ningún espacio; incluso los pies de Paulo están sólo indicados. Picasso deja también entrever un arrepentimiento en la postura de las piernas. Niño y silla parecen flotar sin amarres en la superficie del lienzo. Las manos y el rostro están modelados a fin de dar la idea del volumen, que sin embargo no afecta al resto de la composición, predominantemente plana. Es esta ausencia de profundidad la que da una sensación de fragilidad y de una melancolía infantil un poco amanerada.