Bartolomé Esteban Murillo - Inmaculada Concepción del Escorial
- Detalles
- Marta Olmos
- Bartolomé Esteban Murillo obras de arte
Año de 1660 a 1665
Óleo sobre lienzo, 206 x 144 cm Madrid, Museo del Prado
De las numerosas versiones que realizó Murillo de la Inmaculada Concepción, ésta es una de las más populares. Hasta 1945 figuraba en el catálogo del Prado como la Inmaculada de la Granja o de San Ildefonso, por creerse que procedía de este palacio. Luego se le cambió el nombre por el actual, ya que permaneció en el Escorial durante el siglo XVIII. Aunque no se conoce su origen, se piensa que pudo ser comprada en Sevilla por el rey Carlos III, quien la habría incluido en las colecciones reales del Escorial.
Representa un dogma no proclamado hasta el siglo XIX, por el que se considera a la Virgen María exenta del pecado original. El culto a la Inmaculada cobró un gran ímpetu en España, pero sobre todo en Sevilla, durante el siglo XVII. Murillo contribuyó desde joven en la difusión de esta doctrina, uniendo su fama de artista a sus célebres imágenes de la Inmaculada Concepción. De hecho, cualquier conocedor del arte barroco español evoca esta clase de imágenes religiosas al pensar en la obra del pintor sevillano. Para su iconografía, el artista sigue algunas de las indicaciones de El Árte de la Pintura, el tratado de Francisco Pacheco publicado póstumamente en 1649. En él se describe a la Virgen "en la flor de su edad, de doce a trece años, hermosísima niña...nariz y boca perfectísima y rosadas mejillas, los bellísimos cabellos tendidos, de color de oro". Resulta evidente que Murillo ha buscado al modelo de la Virgen en una niña que presenta los delicados rasgos que sugiere Pacheco.
La jovencísima Virgen, con túnica blanca y manto azul ondulante, se cierne sobre la media luna característica y una peana de nubes con angelotes que portan los símbolos marianos. El sentido intimista del cuadro está realzado por la juventud e inocencia de la Virgen y por el delicado colorido, en el que predominan los tonos amarillentos y claros del fondo.