Francisco de Goya - Cristo crucificado
- Detalles
- Marta Olmos
- Francisco de Goya obras de arte
1780
Óleo sobre lienzo, 255 x 153 cm Madrid, Museo Nacional del Prado En la tablilla de la parte superior de la cruz, el INRI en escritura hebrea, griega y latina
La obra fue ejecutada como prueba de ingreso en la Real Academia de San Fernando y presentada el 5 de mayo de 1780 por Goya, que fue admitido por unanimidad. Inspirada en el Cristo de Mengs conservado en Aranjuez, adopta su aspecto apolíneo, sin señales de la tortura: Cristo surge desenfocado de la oscuridad; está iluminado frontalmente y desde abajo (como demuestra la sombra que proyecta sobre el madero de la cruz, detrás de la cabeza) por una fuente de luz emulsionada, tenue, que crea una especie de halo mágico y móvil, como si fuese la llama de una vela, que confiere al Crucificado el aspecto incierto y sospechoso de una aparición nocturna. El desnudo,perfectamente modelado y pulido, le valió las críticas de los estudiosos ochocentistas, que hallaron en él un sentimiento forzado y juzgaron la obra oportunista por haber renunciado Goya a su propio lenguaje estilístico para complacer el gusto de los académicos. Teniendo en cuenta los anteriores fracasos, de los que nos habla Goya, en los concursos para el ingreso en la Academia, es comprensible que el pintor hubiera entendido que no estaba en situación de alardear de sus propias convicciones estéticas.